Una vez ya en casa y descansados, no queremos dejar de poner el cierre a la crónica de este maravilloso viaje, con el relato de lo que dio de sí la última jornada. Allá va:
Volvemos a madrugar, para salir del hotel a las 08h00. El día iba a ser muy laaaaargo, puesto que no pensábamos llegar a casa antes de las 03h00, pero si queríamos ver todo lo que queríamos ver en Tel Aviv y comer tranquilamente antes de ir al aeropuerto, debíamos hacerlo así.
Las salidas de los hoteles siempre demoran un poco, entre recoger maletas, devolver llaves, etc, pero ésta fue bastante puntual. Dejábamos Jerusalén, ciudad que se ha hecho un hueco en nuestro corazón.
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| ¡Adiós, Jerusalén! Ojalá tengamos ocasión de regresar... |
El tráfico de entrada a la ciudad es caótico. Nuestro chófer Eli, que vive fuera de la ciudad, entraba todos los días a buscarnos a las 06h00 para evitar los atascos. Están haciendo unos túneles para el tren que conectará Jerusalén con Tel Aviv en 20 minutos.
El carril contrario al nuestro estaba literalmente atascado.
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| La entrada a Tel Aviv la hicimos por un carril de pago que nos evitó los atascos que hay a la entrada de todas las ciudades |
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Nuestra primera parada fue en el Memorial a Isaac Rabín, Primer Ministro hebreo asesinado por un estudiante de Derecho, judío ortodoxo, que cumple cadena perpetua por el magnicidio.
Seguimos con nuestra visita panorámica con el bus (de momento, el tiempo nos está respetando), por las principales cales de la ciudad. En el Boulevard Rothschild Marcelo nos enseñó los edificios de estilo Bauhaus. También pasamos por el Teatro Habima (significa "La escena", en hebreo).
Tel Aviv es una ciudad totalmente plana, sin cuestas (no como Jerusalén, que las tiene por castigo...) y moderna. Las bicis y las Scooters tienen tomadas las calles. Nos llamaron la atención estas dos "Vespa" con sidecar ;)
Nos fuimos a dar un paseo por el antiguo Puerto, reconvertido en zona de ocio. El día estaba aguantando bastante bien...
Cogimos el bus para acercarnos a Jaffa (la antigua ciudad bíblica Jope), y de camino pasamos por el Paseo Marítimo. Los nubarrones no presagiaban nada bueno. Aún así, dos docenas de surfistas esperaban la "ola perfecta".
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| La playa de Tel Aviv es preciosa, y está muy bien cuidada |
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| Surfistas con sus tablas y neoprenos esperando "cazar" alguna ola |
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| Entrando en Jaffa, hoy reconvertida en un barrio de artistas |
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| La ballena que se tragó a Jonás durante 3 días también tiene aquí su espacio |
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| ¿Habéis visto qué nubarrones? |
Y como era de esperar, se puso a llover. Así no se podía recorrer el barrio para disfrutarlo, por lo que nos metimos en la Iglesia de San Pedro, también bajo custodia Franciscana, y aunque no estaba previsto, aprovechamos para celebrar una misa que no estaba programada.
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| El púlpito de madera es precioso |
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| También había una Menorá. Más que un símbolo judío, es un símbolo del Estado de Israel |
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| Los turistas chinos entraban y salían de la iglesia en un goteo constante |
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| Cambian los colores, entramos en el Adviento |
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| Refugiándonos de la lluvia, esperando al bus para irnos a recorrer el barrio |
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| "Old Jaffa" hoy es un barrio pintoresco, refugio de artistas bohemios |
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| Los carteles con los nombres de las calles y los números de los portales tienen mucho encanto |
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| La Fuente del Zodiaco tiene representación escultórica de los doce signos |
Y como colofón, a comer al restaurante "Maganda", de una familia judía del Yemen que lleva regentándolo desde hace cinco generaciones. Para llegar al restaurante, había que cruzar un mercado con unos puestos que quitaban el sentido...
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| Fijaos en el tamaño de las granadas... |
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| La pastelería tenía una pinta... |
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| También tenía puestos de artesanía, ropa, electrónica... aunque los puestos de comida eran los más numerosos |
El restaurante estaba en una bocacalle de la principal. Selección de ensaladas, humus, falafel, pan de pita y unos espetos de carne deliciosos. Y de postre, unos "baklava" de pistacho para desmayarse. Hubo quien sugirió (de broma, ¿o no?) pedir unos "tupper" para llevarnos los que no nos pudimos comer allí...
Nos ubicaron en un saloncito a todo el grupo, así, como muy recogido...
Llegaba el momento de las despedidas; Marcelo abrió el turno de palabra con un pequeño discurso agradeciendo al Señor los buenos días pasados en la Tierra Santa, y pidiéndonos que seamos testimonio de la grandeza y de la seguridad de esta tierra. ¡Seguro que sí!
También hablaron Fernando, de la agencia en España, e Israel, de la agencia local, agradeciendo la confianza del grupo en la organización de este maravilloso viaje y poniéndose a disposición del grupo para cuantos comentarios y sugerencias quisiéramos realizar, de cara a mejorar, si cabe, la experiencia de futuros grupos de visitantes.
Los comentarios allí expresados fueron de total satisfacción por el viaje realizado. Una gran experiencia vital para todos.
Del restaurante, al aeropuerto. De nuevo un pequeño "interrogatorio" a los miembros del grupo, despedida de Marcelo y Eli (¡cuanto les vamos a extrañar!) y comienzo del viaje de regreso.
Salimos con 1 hora de retraso, llegando a Madrid cerca de las 23h00. Ya nos estaba esperando nuestro bus, que nos iba a trasladar de regreso a la puerta de la Parroquia del Carmen, a donde llegamos cerca de las 04h00. ¡Agotados, pero felices!
Queda una (pen)última reunión del grupo, para recibir los "Certificados de Peregrino" que atestigüen nuestro paso por esta maravillosa Tierra. Pero esto será más cerca de la Navidad, cuando ya hayamos podido asimilar todo lo que hemos vivido en estos días, organizado las fotos, etc.
Es el sentir general del grupo que, éste que acaba de finalizar, ha sido...
“EL VIAJE DE TU VIDA”
